8 lesiones de rodilla más frecuentes en deportistas y tratamiento
Los entrenamientos a los que muchos deportistas nos sometemos implican someter a nuestras articulaciones a un verdadero esfuerzo. Esto puede hacer que lleguemos a lesionarnos. En esta ocasión, vamos a poner toda nuestra atención en la lesión de rodilla. Estas son las más frecuentes y así es su tratamiento.
Lesiones de rodilla habituales en deportistas
Tener una lesión de rodilla es más común de lo que parece. Dentro de una rodilla existen muchas otras estructuras que se pueden lesionar (el fémur, la rótula, la tibia, el ligamento cruzado anterior, el menisco y el cartílago)
Durante los entrenamientos las articulaciones de las piernas están sometidas a mucho trabajo y esfuerzo. Esto suele hacer que los tejidos blandos, como los ligamentos o tendones, se lesionen. Si el trauma causado es aún superior se podría llegar incluso hasta el daño en los propios huesos de la rodilla.
Estas son las lesiones más habituales y sus causas:
- Esguince de rodilla: esta lesión se produce cuando uno o varios ligamentos se estiran demasiado a causa de una mala postura, golpe o torcedura. Este hecho puede llegar producir incluso el desgarro o rotura del ligamento.
- Distensión muscular de rodilla: esta lesión tiene lugar cuando un músculo se estira por encima de su capacidad. Los deportistas conocemos comúnmente esta lesión como “tirón”. Esta lesión de rodilla no es grave y, por lo general, no requiere más que de reposo y frío en la zona.
- Lesión del menisco: los meniscos son cartílagos cuya función consiste en absorber la carga de la rodilla. Además, también se encargan de transmitir la fuerza entre el fémur y la tibia. En los casos más leves de lesión del menisco de la rodilla basta con reposo, aplicar frío y vendar la zona. En las lesiones más graves la cirugía sigue siendo el tratamiento más efectivo.
- Lesión ligamento lateral interno: aunque estamos ante un ligamento fuerte este puede sufrir un esguince e incluso llegar a romperse especialmente cuando la pierna estirada se gira al mismo tiempo que se mueve de manera brusca hacia un lado.
- Lesión ligamento lateral externo: este ligamento recorre la parte externa de la rodilla, conectando la base del fémur al peroné. No suele dañarse de manera aislada, pero es conveniente tratarlo si se han dañado otros ligamentos.
- Tendinitis: la sobreestimulación de la rodilla o la lesión del tendón que conecta la rótula a la tibia pueden causar lo que se conoce como tendinitis. Una lesión que también es conocida como “rodilla del saltador”.
- Bursitis: los movimientos repetitivos sobre la articulación de la rodilla o los periodos de tiempo arrodillados demasiado largos generan la acumulación de líquidos sobre la articulación. Esto se conoce como bursitis. Una lesión que afecta principalmente a los futbolistas.
- Lesión condral de rodilla: son aquellas en las que se produce un daño focal sobre una zona del cartílago. Sus síntomas por lo general consisten en el entumecimiento de las articulaciones, así como en la dificultad para el movimiento con dolor. La localización exacta de esta lesión es determinante para su tratamiento. Las lesiones condrales de la rodilla son: la condropatía rotuliana, la condropatía patelar focalizada, la condropatía femoral y fémoro tibial.
Tratamiento para las lesiones de rodilla
El tratamiento siempre ha de ser programado por un médico especialista. Tras una revisión y realizadas las pruebas pertinentes se establecerá el tipo de lesión, así como su tratamiento. Por lo general, las lesiones leves de rodilla se curan por medio del reposo, la crioterapia (frío con compresión), el uso de analgésicos para aliviar el dolor y la rehabilitación. En lesiones de rodilla más graves, se podría incluso necesitar pasar por el quirófano.
En cualquier caso, para evitar una lesión de rodilla es importante conocer algunos ejercicios preventivos incluidos como calentamiento previo y post estiramiento. Gracias a ellos podrás trabajar la fuerza, flexibilidad y estabilidad de tus rodillas. Logrando así reducir el riesgo de lesión. Por lo tanto, nunca empieces tu entrenamiento sin antes haber preparado bien tus articulaciones con ejercicios de rotación y pequeñas flexiones, estiramientos y levantamientos de piernas que te permitirán hacer entrar en calor toda la zona.
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