La respiración Pilates es mucho más que un simple acto de inhalar y exhalar; es el motor que impulsa y estabiliza cada movimiento de esta disciplina elaborada por Joseph Pilates. Se trata de una técnica respiratoria que forma parte de los seis principios fundamentales de los entrenamientos Pilates; la clave para desbloquear tu centro corporal de fuerza o powerhouse.
A diferencia de la respiración abdominal, la respiración Pilates, llamada también Respiración Lateral Costal (RLC) o torácica, busca un gran objetivo: mantener tu núcleo profundo, que es el transverso abdominal y demás músculos implicados en la respiración, activados durante la sesión de Pilates.
La respiración Pilates: la técnica que ancla tu cuerpo
Esta técnica garantiza que tu columna y tu pelvis permanezcan estables y protegidas, maximizando la efectividad y calidad de cada ejercicio.
La respiración torácica requiere, inicialmente, concentración y disciplina. Pero, una vez asimilada, su ejecución se convierte en automática. Podrás, incluso, llevarla a otros tipos de actividades de fitness para maximizar tu rendimiento.
Nuestro artículo de hoy está pensado para enseñarte el paso a paso de esta técnica. No te preocupes por nada, si no sale a la primera. Es cuestión de practicar, simplemente. Deja que tu mente lo vaya asimilando, fijando así cada etapa.
Aquí tienes las fases cruciales para aprender y activar tu respiración con el método Pilates.
Primera fase de la respiración Pilates: preparar la inhalación lateral costal
Antes de la exhalación, realiza una inhalación suave y controlada por la nariz. Es importantísimo que en ese punto dirijas el aire hacia tus costillas, forzando una expansión hacia los lados y ligeramente hacia la espalda. Nunca hacia tu abdomen. Pon las manos a los lados del tórax; sentirás cómo tus costillas se ensanchan de forma tridimensional.
Esta acción asegura que tu diafragma se mueve sin relajar el transverso abdominal. Estás preparando los músculos intercostales para una compresión que vendrá a continuación y que va a mejorar tu capacidad cardiorrespiratoria.
Segunda fase: activación del suelo pélvico y transverso abdominal
Inicia ahora la exhalación por la boca, con un sonido suave y sostenido. Esta exhalación debe ir acompañada de la activación voluntariadel suelo pélvico. Simultáneamente, debes sentir como tu abdomen se activa como si abrazara y sujetara tu espalda, activando el músculo transverso abdominal. Te interesa conocer que es un cinturón muscular más profundo, responsable de crear una base de soporte inamovible. Un escudo clave contra lesiones de la zona lumbar y pélvica
Continúa la exhalación, conscientemente, manteniendo el pecho alto, sin hundirse y alargando la columna como si quisieras llegar con la coronilla hasta el cielo … Buscando esa sensación de soporte en la columna.
Tercera fase: compresión costal y sincronización con el esfuerzo
Por último, culmina la exhalación forzada con la compresión costal. Siente cómo tu tórax se mantiene largo y las costillas descienden cerrándose suavemente. Esta acción final asegura que has expulsado el máximo aire, sin relajar la tensión abdominal profunda.
El dominio de la exhalación completa es tu fuente de fuerza estabilizadora: debes sincronizar esta exhalación con la fase más difícil o de mayor esfuerzo en cada ejercicio. Esta coordinación es la esencia del Pilates y te aporta equilibrio, quietud y protección cuando más la necesitas.
Beneficios de respirar con el método Pilates
Los beneficios de practicar Pilates y, en concreto, los beneficios de respirar con esta técnica son muy claros: optimiza tu rendimiento y aporta mejoras relevantes para tu salud. Te hacemos una síntesis de los principales beneficios de la respiración Pilates.
Beneficios físicos de respirar con este método
Al sincronizar el esfuerzo de la exhalación con una acción estabilizadora de tu core, la RLC proporciona una protección clave contra los desequilibrios lumbares. Es una excelente manera de mejorar, de forma muy significativa, la propiocepción y el equilibrio.
Además, la expansión torácica que promueve incrementa tu capacidad pulmonar y, en consecuencia, ayuda a tu aparato respiratorio.
Beneficios mentales y emocionales
Fíjate, la necesidad de concentración durante los tres pasos de la exhalación refuerza la conexión mente-cuerpo y reduce el estrés. Como resultado, tu sistema nervioso se regula, favoreciendo la calma y el estado de bienestar.
La respiración de Pilates actúa como una forma de meditación en movimiento, exigiendo una plena atención que refuerza tu concentración. Por tanto, mejora la capacidad de tu corteza cerebral para codificar nueva información; mejora la plasticidad cognitiva, la capacidad de aprendizaje.
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