La tentación me persigue, pero yo soy más rápido. ¿Te gustaría acuñar esa frase como propia? Respuesta afirmativa en el cien por cien de los casos. Es, realmente, difícil vencer a los deseos de ingerir, principalmente, todo aquello que está prohibido o lo que es lo mismo, a los antojos de comida. Que, por cierto, jamás son una fruta aunque también sea dulce. En fin, de lo que se trata es de no caer en la tentación. De no sucumbir a lo que nuestro cerebro interpreta, que es algo, realmente, placentero. Parece imposible, pero no lo es. Atento a nuestros consejos para triunfar en esta batalla.